Consejos para dormir mejor
El sueño es absolutamente necesario para mantener un perfecto equilibrio físico y psíquico, y para levantarse fresco y animoso frente a los trabajos del nuevo día. Se denomina insomnio a la dificultad para dormir de forma satisfactoria.
Aunque el insomnio únicamente suele concebirse como la dificultad para iniciar el sueño, lo cierto es que la dificultad para dormir puede tomar varias formas:
- dificultad para conciliar el sueño al acostarse (insomnio inicial, el más común de los tres)
- despertarse frecuente durante la noche (insomnio intermedio)
- despertarse muy temprano por la mañana, antes de lo planeado (insomnio terminal)
Esto impide la recuperación que el cuerpo necesita durante el descanso nocturno, pudiendo ocasionar somnolencia diurna, baja concentración e incapacidad para sentirse activo durante la jornada.
Varios son los determinantes de este trastorno de sueño. Factores como el estrés, la elevada activación del organismo o la depresión son relevantes. En la actualidad, es frecuente la prescripción de fármacos para el tratamiento a corto plazo del insomnio. Sin embargo, el tratamiento farmacológico no constituye una solución adecuada a mediano y largo plazo, y es preferible evaluar en estos casos el uso de otras técnicas, como la terapia conductual o cognitivo-conductual. Un asunto de primer orden en el abordaje de este trastorno de sueño (el insomnio es en realidad un síntoma, y no una enfermedad) consiste en instruir al paciente acerca de los principios de la llamada profilaxis o higiene del sueño:
- Procure acostarse y levantarse siempre a la misma hora. El hábito le ayudará a dormir. No se acueste ni intente dormir hasta que no tenga sueño.
- No duerma durante el día. Por la mañana limite el tiempo de permanencia en la cama si no duerme. No utilice su dormitorio durante el día.
- Haga ejercicio diariamente a primera hora del día. No practique ejercicio justo antes de acostarse.
- Tome una exposición adecuada a la luz solar durante el día.
- Evite comidas copiosas a la hora de acostarse, pero tampoco se acueste con hambre. Un vaso de leche tibia puede ayudar a conciliar el sueño.
- Deje de fumar (al principio el sueño empeora, luego mejorará).
- Tome solo cafeína por la mañana y en cantidades limitadas.
- No beba alcohol, al menos cuatro horas antes de acostarse. La ingesta excesiva de alcohol aunque produce somnolencia, es causa frecuente de despertares nocturnos.
- Mantenga la habitación en condiciones óptimas para dormir (sin ruido, temperatura alrededor de 20º, sin exceso de luz, etc.).
- Realice rituales antes de irse a la cama (cepillar los dientes, lavarse,...). Un baño caliente antes de acostarse le ayudará a relajarse.
- Vacíe la vejiga antes de acostarse.
- Distráigase de la forma que prefiera de las preocupaciones del día, al menos 2 horas antes de acostarse.
- Al acostarse practique una actividad que le relaje como escuchar música suave, leer textos sencillos y relajantes,...
- Duerma con prendas cómodas que no le molesten ni aprieten.
- Si los tiene, asegúrese que los dispositivos (gafas, audífonos, andador,...), están al lado de la cama.
- Intente tomar las medicinas que desencadenan actividad, como micción (diuréticos), lo más temprano posible, para evitar despertarse por la noche.
- Pregunte al médico si alguna de las medicinas que está tomando podrían mantenerle despierto y, si es así, si puede sustituirla por otra.
- Si se despierta a causa del dolor, pida al médico un tratamiento para el mismo.
- Si alguna vez utiliza medicinas para dormir, intente que sea por un tiempo limitado. Si este tiempo se prolonga por alguna razón, descanse alguno de los días de la semana.
Y recuerde, no se automedique y siga siempre los consejos de su médico.