¡Gana la banca!
Desde cualquier persona que haya jugado alguna vez un simple cartoncito de bingo casero hasta las que se dejan fortunas en los casinos más famosos del mundo habrán escuchado en infinidad de ocasiones aquello de que la banca siempre gana. Los juegos de azar están más que estudiados matemáticamente para que así ocurra, por lo que nadie se sorprende ante ello. En el caso de casinos y bingos son los propios establecimientos los que deben hacer todo lo posible para que la banca siempre gane, pero aquí, en nuestro peculiar país, resulta que tenemos un gobierno que se ocupa y preocupa por ello incluso si esto significa ir en contra de los intereses económicos de los ciudadanos.
Nuestro gobierno se aplica así mismo para que si en algún caso ‘salta la banca’, en contraposición del significado original de la frase, lo haga siempre de alegría. Existe además otra diferencia sustancial con lo comentado anteriormente: el que se dispone a participar en algún tipo de juego de azar lo hace por decisión propia, por lo que no tiene argumentos para culpar a otros en caso de pérdidas económicas, mientras que aquí nos han obligado a ser partícipes de un juego que ni hemos pedido ni en el que teníamos absolutamente nada que ganar.
Cuando se inyectaron 52.000 millones en la banca española para sanearla, se afanó el presidente del gobierno en explicar una y otra vez que nuestro caso no tenía nada que ver con el rescate de otros países; nos repetía hasta la saciedad que ni tan siquiera consideraba contabilizar esa ayuda como déficit público ya que en el caso español el dinero aportado sería devuelto íntegramente por la propia banca.
Ahora, un año después, nos cuentan la realidad de las cosas que no es otra que el Estado ya da por perdida la enorme mayoría de ayudas a la banca. El tiempo, ese juez imparcial e implacable, aunque a veces tarde demasiado, volvió a poner en su sitio a Rajoy. De momento son 36.000 millones los que se han perdido por el camino lo que significará que el déficit público se disparará aún más de lo que ya está. Un déficit que, por cierto, sin contabilizar ese importe, a estas alturas del año ya ha alcanzado el 3,8% que estaba previsto para todo el 2013.
A nadie se le escapa que estas nuevas pérdidas deberán ser sufragadas en su totalidad por los ciudadanos, pero ¿con qué autoridad moral explicará el Sr. Rajoy que los tremendos recortes que hemos sufrido en materia de Sanidad y Educación irán destinados directamente a tapar este enorme socavón que la banca ha causado en la economía española? ¿De qué forma justificará que cuando un ciudadano no paga al banco éste lo echa a la calle pero que cuando es el banco el que tiene problemas tendrá que ser el mismo ciudadano el que ayude al banco? ¿Cómo argumentará que en España, cuando la banca pierde, pagamos todos?
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