De apellido ....... Sevilla
Aún no me lo explico. Creo que me debo haber perdido algo por el camino. No sé si es que se tienen ahora más en cuenta los apellidos que los nombres. Yo, personalmente, prefiero llamar a las personas por su nombre, que para eso lo tienen… es más familiar ¿no creen?.
Por eso, cuando me paro a analizar una marcha de procesión, miro todo lo que le rodea, excepto su apellido. Y me refiero a esas marchas procesionales cuyo título acaba en “…de Triana”. Y dirán ustedes… todo no es así. Cierto es. Sin necesidad de rebuscar, encontramos las magníficas “La Esperanza de Triana” de López Farfán, “Señorita de Triana” de Don Pedro Morales o “Triana, Tu Esperanza” de José de la Vega, por citar algunas. Y así podríamos relacionar más composiciones dedicadas por y para las imágenes de tan insigne barrio sevillano. La diferencia es que se da la circunstancia de que hay personas que las intentan inculcar a toda costa en nuestros cortejos por el mero hecho de tener ese título y, no piensen ustedes que eligen alguna de las que aquí les he citado o similar, no… sino, por el contrario, cualquier otra que tenga el consabido apellido, y que además carece de un mínimo de calidad musical y por supuesto, conditio sine qua non, un solo de algún instrumento, generalmente trompeta o flautín, porque les encanta en medio de la vía pública mandar callar al respetable cuando el solo se acerca con el consabido “sssssssh”, para luego deleitarse con una estúpida sonrisa de iluminado cofrade y musical cuando “rompe” el fuerte de la marcha… qué bonito… (qué indecencia, por favor). Luego, por supuesto, a la hora de la recogida, ese personajillo sonríe y comparte con sus secuaces el momento al milímetro.
No es mi intención molestar a nadie, pero si al decir lo que pienso, alguien se da por aludido, no crean que me preocupa. Por ello diré que recuerdo alguna que otra recogida con marchas tales como “Palomita de Triana” (qué despropósito y por cierto, qué mal la banda… pero da igual, tiene un solito de trompeta), recuerdo algún que otro momento en alguna calle importante de San Fernando con “Aires de Triana” (que se la quede Sevilla con solo y todo); “Azahar de San Gonzalo” (sin comentarios); “Reina de Triana” (¿calidad musical? Cero… pero tiene cascabeles, panderetas y castañuelas en el fuerte grave…con eso suficiente para ser un “marchón”…Ay, Dios mio) o “Callejuela de la O” (que pasó de la gloria al odio en dos años gracias a un montón de entendidos e iluminados), y podría seguir, por desgracia, más de lo que me gustaría…
No seré yo quien juzgue a nadie por sus composiciones; es loable el mero hecho de intentarlo, siempre lo he dicho. Lo que me enerva es que haya cuatro zarrapastrosos que se empeñen en meterla por los ojos porque se toca en Híspalis y “la cuadrilla de Triana lo borda”. Si supieran lo que piensan nuestros hermanos sevillanos de las malas copias… Lo sé de buena tinta. Son el hazmerreir de propios y extraños.
Pero el problema radica en que aquí, por desconocimiento, por dejadez, o por ambas cosas, se está dejando que esta infamia se cuele en nuestra Semana Santa y lo emponzoñe todo con el consiguiente descalabro en cuanto a calidad en nuestros cortejos.