La motivación en el deporte
Muchos factores y condicionantes son los que hoy en día empujan a un individuo a la elección de practicar alguna actividad física o deporte. Entre ellos los más importantes son:
-Factor Rehabilitación (lesiones articulares, musculares, etc).
-Factor Estético (apariencia física y medidas corporales).
-Factor Social (enclave en escala social, estatus, etc).
-Factor Físico (rendimiento deportivo, competición, etc).
-Factor Compensatorio/Regenerativo (válvula de escape a la vida actual, reducción de tensión laboral diaria, etc).
-Factor Superación (incremento de autoestima, refuerzo del autoconcepto, mantener una mentalidad joven, etc).
-Factor Salud (prevención y mejora de patologías, obtener mejor funcionamiento de sistemas orgánicos, etc).
-Factor Ocio/Diversión (juegos deportivos, actividades lúdicas, contacto con la Naturaleza, etc).
Nosotros, los profesores/entrenadores debemos tratar el tema desde el mismo punto de vista, porque todos estos factores que condicionan la práctica de actividad física parten del mismo medio, que es el movimiento que caracteriza la disciplina deportiva que cada persona desea realizar. Una cuestión importante será conocer pronto cuáles son las características motivacionales e inclinaciones de nuestros alumnos, para de este modo, poder encuadrarlos rápidamente dentro del grupo concreto, y así podremos planificar adecuadamente según los intereses que nos muestre.
Esta tarea es costosa a veces, debido a que los factores pueden aparecer de forma confusa e incluso entremezclados unos con otros. Por ello es de suma importancia, sobre todo al principio, una interacción profesor-alumno más intensa para llevar a cabo una revisión y control permanente de la situación. Esta valoración constante del proceso hará que conozcamos en todo momento el resultado y propongamos soluciones, si hicieran falta, para que de forma gradual nuestro alumno consiga lo que busca con la práctica de la actividad en cuestión.
El buen entrenador será aquel que sea capaz de atender a los intereses y motivaciones de cada alumno que se presente. Para ello será muy importante el bagaje teórico-científico y un gran desarrollo procedimental, que vendrá definido por los años de experiencia en el sector y las capacidades de transmisión de información. En este sentido será un factor importante lo que llamamos carisma global , con el cual, seremos capaces de inspirar y motivar a todo tipo de practicantes, desde la persona de setenta años que hace tres sesiones de gimnasia de rehabilitación, hasta el culturista de competición y toda la planificación que esto engloba.
Este carisma global se va forjando con los años y nuestra línea de trabajo, constituido por condicionantes innatos donde nuestra dedicación, vocación y amor por la actividad se traducen en esta personalidad carismática que debe de caracterizar al preparador.
Lo que siempre tenemos que tener muy en cuenta es que todo el mundo tiene el derecho legítimo de recibir la estimulación y preparación adecuada, según los intereses y factores motivacionales que posea. Este derecho hará que el entrenador emplee en cada momento el método de enseñanza y de transmisión de conocimientos más idóneo, para que el alumno o deportista consiga sus objetivos, que le mantienen motivado e ilusionado, a la vez, deberemos llegar a conseguir los objetivos derivados de la preparación que nosotros, los entrenadores, marquemos en la planificación.
Los objetivos en una preparación podrán ser múltiples y diversos, según la persona (edad, sexo, patologías, intereses, etc) y el nivel de la práctica (mantenimiento, rehabilitación, ocio, aventura, competición, etc). Pero todos estos objetivos tienen uno común que es superior y rige la consecución de todos ellos. Este es La Salud.
SALUD. BIENESTAR FÍSICO, BIENESTAR PSÍQUICO Y CALIDAD SOCIAL.
Dentro de los beneficios físicos nos encontramos con mejoras en nuestros sistemas orgánicos como el cardiovascular, el musculoesquelético, el respiratorio, múltiples beneficios metabólicos y muchos más. Gracias a los beneficios psicológicos reduciremos el estrés provocado por el estilo de vida actual, reduciremos los síntomas de ansiedad y angustia, del mismo modo que mejorarán los estados depresivos y la autoestima del deportista se verá siempre situada en niveles óptimos. Estas mejoras de la situación psicológica provocarán un aumento de la calidad social, traducido ello en relaciones sociales más estables y armónicas, seremos más extrovertidos, las tensiones interpersonales se suavizarán mejorando los lazos de unión y amistad, y seremos más valorados en lo relacionado con factores éticos y morales.
La motivación constituye un amplio ámbito de situaciones y procesos psicológicos donde se activan, encaminan, mantienen, y permiten modificar la conducta en cada momento.
Mc Clelland, en 1985, definió la motivación como todo aquello que sirve para vigorizar, dirigir y seleccionar las respuestas que conducen con rapidez y eficacia hacia la meta o al aprendizaje.
Los componentes básicos de la motivación son los siguientes:
- Necesidad o componente activador de la conducta que está muy vinculado con las razones internas.
- El incentivo que va en paralelo al logro.
- El fin o el objetivo final.
- La dirección del proceso marcada por los objetivos parciales, gracias a los cuales obtenemos el incentivo y satisfacemos la necesidad.
Existen dos tipos de motivaciones básicamente, que son las intrínsecas y las extrínsecas, y según las cuales, se van a desarrollar las conductas.
Cuando realizamos una actividad porque nos interesa mucho la propia actividad, las características de ella, y nos reporta buenas sensaciones en su consecución, se dice que las motivaciones que nos impulsan a la realización de ésta, son intrínsecas o internas, y cuando las motivaciones que hacen que hagamos una actividad provienen del exterior, como puede ser el dinero, los regalos, etc, se tratan de motivaciones extrínsecas o externas a la actividad.
En nuestra vida diaria lo podemos observar por ejemplo en las actividades de nuestro trabajo, que se sucederán mejor o peor cuanto más motivados estemos. Las motivaciones que se suelen dar en el trabajo son extrínsecas, debido a que derivan de que solemos estar sujetos al salario, a los horarios, las vacaciones, etc, que son motivos externos a la actividad laboral que desempeñamos. Raras veces aparecerán motivaciones intrínsecas en el trabajo, que serán porque realicemos una actividad vocacional, y nos encantará por las circunstancias que se desarrollan en ella, no obstante a veces pueden aparecer motivaciones de los dos tipos, porque sea un trabajo que tenga puntos que nos gusta y otros que no. Lo ideal, e idílico pensamos, sería que todas las actividades que realizamos en la vida vinieran sujetas a motivaciones intrínsecas, debido a que trabajaríamos mejor y más placenteramente y de este modo seríamos más felices. El ejemplo máximo de actividades realizadas por motivaciones intrínsecas son las encuadradas en nuestro tiempo de ocio.