Publicado el: Dom, 20 Ene, 2013
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Habaneras de Cádiz

Cuando hace muchos años visité Cuba me quedé maravillado dando una vuelta por La Habana, al comprobar que el carácter alegre de los cubanos era su motor a la hora de afrontar los numerosos problemas que tienen que solventar a diario. No hay un solo día en el que no tengan que salir a la calle “a resolver”, como llaman por aquellos lares tener que buscarse la vida de la forma que sea.

Después de varios días hice cierta amistad con un señor mayor que pasaba todos los días por la playa vendiendo cocos que te abría y regaba generosamente con ron. Este señor me comentaba, mientras miraba de reojo a ver si alguien le escuchaba, que los cubanos y nosotros teníamos mucho en común –algo que Carlos Cano ya nos cantó en sus famosas habaneras- y en este sentido decía que nosotros tuvimos que soportar la dictadura de un gallego durante 40 años y que ellos iban por el mismo camino con otro gallego.

Ignoro qué habrá sido de este hombre después de 14 años, pero de lo que estoy seguro es que ni él ni yo pensamos en aquel momento que la historia en España se pudiera volver a repetir con otro gallego que responde al apellido de Rajoy.

Evidentemente lo nuestro actual no es una dictadura, es cierto que el nuevo gallego fue elegido de forma democrática en las urnas, pero no es menos cierto que ganó esas elecciones ocultando y mintiendo de forma descarada sobre sus planes futuros una vez nombrado presidente del gobierno.

El Duque de Alba solía decir durante la Guerra de los 80 Años, que los holandeses eran blandos como la mantequilla y por tanto serían estrujados, pero no cayó en la cuenta que cuando la pones en la palma de tu mano y la estrujas y aprietas, acaba saliendo y escurriéndose entre los dedos, dejándote todo manchado y lo que es peor: sin mantequilla. Sr. Rajoy, no nos apriete,  no nos estruje más si no quiere acabar manchado y sin mantequilla.

Todo, absolutamente todo, tiene un límite. La paciencia y la dignidad de los españoles, también. Y a pesar de tener ese carácter parecido al de los cubanos, llegará un momento en que dejaremos de ser tan indulgentes con esta situación y lo que ahora parecen manifestaciones violentas serán plácidas excursiones comparadas con lo que puede llegar a pasar. En otros países, por muchos menos, ya ha ocurrido y han puesto al mandatario de turno en el lugar que le corresponde. En ese preciso instante los españoles dejaremos de ser cubanos para convertirnos en ciudadanos.

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- @jabustamante1

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