Actualmente estamos viviendo un imparable auge del mundo del fitness y de la cultura y filosofía deportiva. Es normal ver que en casi todas las casas de nuestro país hay alguna persona que practica actividad física de forma cotidiana, ya sea al aire libre como andar, correr, pasear en bicicleta o  acudiendo de forma programada a las instalaciones  de algún club deportivo o gimnasio. Esto se debe precisamente a dos razones muy bien diferenciadas:

• Los medios de comunicación como la televisión, la radio y la prensa, nos están bombardeando continuamente con información acerca de la práctica deportiva. Ahora el futbolista, el/la tensita y el nadador/a aparecen como modelos publicitarios, dándonos una imagen de belleza y fashion y otra de buena condición física y de salud. Todo esto nos da a entender que lo ha conseguido practicando la actividad física que concretamente le populariza. Por ello nos vemos “casi forzados” a estar de última moda. Para lo cual asistimos de forma asidua a un gimnasio y seguimos los consejos de un entrenador especializado que nos puede ayudar, siempre que nos esforcemos y sacrifiquemos, a conseguir los objetivos que nos proponemos. El objetivo de la estética es muy importante, porque gracias a él podemos llegar a la siguiente razón de la práctica deportiva, que es la salud.
• Es muy habitual cuando vayamos al médico para alguna consulta, revisión o problema menor, que nos pregunte si hacemos algún tipo de actividad física. Esto no es casualidad, ni es porque al médico le guste el deporte y quiera que todo el mundo practique alguno. Esto se debe principalmente a que verdaderamente, la consecución y realización continuada y bien distribuida de alguna actividad física, es muy saludable. Es de sobra sabido que el sedentarismo y el no movimiento nos lleva más rápidamente a la enfermedad y al envejecimiento, ya que nuestro sistema biológico no está diseñado para estar parados, sino todo lo contrario.

Cuando hablamos de una actividad física para la salud, nos podemos estar refiriendo a realizar tres sesiones semanales de marcha por la playa o el campo, de una hora sin parar a un buen ritmo; o a cinco entrenamientos semanales en una sala de pesas de un club deportivo. En ambos casos y según el nivel de capacidad física de cada persona, el objetivo principal será la mayor obtención o mejora de la salud. Ahora vamos a señalar los distintos beneficios que pueden producir la práctica de estas actividades:

BENEFICIOS FISIOLÓGICOS 

Cuando realizamos cualquier actividad física, nuestro cuerpo se ve sometido a un incremento del estrés físico, y éste se debe de adaptar a ello, si no lo hace, los resultados no serían muy agradables ni saludables, y habría que parar la actividad por la aparición de la fatiga o el sobreentrenamiento. Estas múltiples y continuas adaptaciones al ejercicio físico, son las que provocan que nuestro estado de salud se vea mejorado y elevado, para que las posteriores exposiciones a un estado de estrés físico similar, sea más fácilmente contrarrestado por nuestro sistema. Los beneficios que se producirán serán los siguientes:

• Mejora del sistema cardiovascular.
• Mejora del sistema musculoesquelético.
• Mejora en la función respiratoria, con su consiguiente aumento en la capacidad de ventilación pulmonar.
• Mejor y mayor nutrición de los tejidos, y por lógica, mayor consumo calórico.
• Mejora en la función para coordinar los movimientos.
• Mayor efectividad en las funciones automáticas de la médula espinal.

BENEFICIOS PSICOLÓGICOS 

Estos determinantes son difíciles de percibir, debido a que se deben se poseer unos buenos conocimientos sobre psicología,  anatomía y funciones del sistema nervioso. Y aún así, los problemas que nos podemos encontrar pueden ser confusos porque los síntomas que pueden aparecer, nos llevarían algunas veces a confusión, debido a que algunas patologías y desequilibrios pueden aparecer entremezclados unos con otros. De todas formas, a nivel psicológico obtendremos varios beneficios de la índole de los siguientes:

• Los síntomas objetivos de la tensión se ven disminuidos.
• Tanto el sistema nervioso central y periférico se relajan.
• Los síntomas somáticos de angustia y ansiedad se reducen.
• Disminuyen los síntomas de depresión no sicótica.
• Nuestra personalidad se convierte en más extrovertida, debido al carácter social positivo de la práctica deportiva. Sobre todo en un club deportivo o gimnasio.
• Mejoras muy patentes en las características del sueño.

BENEFICIOS PATOLÓGICOS 

Está claro que si obtenemos beneficios a nivel fisiológico y psicológico, múltiples patologías y enfermedades tienen que verse mejoradas de algún modo. Todas las patologías derivadas del sedentarismo serán reducidas enormemente y se apreciará claramente. No obstante, los beneficios serán los siguientes:

• La hipertensión es una patología que mejorará. Lo veremos reflejado, en una bajada de la tensión arterial.
• Las hiperlipemias también se reducirán. Se producirá una bajada progresiva en los lípidos de nuestro cuerpo.
• Mejoraremos la diabetes. Descenso y control de la glucemia.
• Obesidad: control y disminución de peso.
• Beneficios en enfermedades degenerativas de los huesos y articulaciones: nuestro sistema músculo-óseo-articular se adaptará a las peculiaridades de los movimientos deportivos, e incrementarán la salud de los músculos, huesos y articulaciones. Un ejemplo claro es la osteoporosis. 

Debemos habituarnos a llevar un estilo de vida activo y un día que estemos tranquilos vamos a realizar la siguiente tarea:

-                             Escribiremos en un folio todas las cosas que hacemos durante el día. Seguidamente haremos dos columnas; en la de la izquierda pondremos nuestra escala de prioridades en la vida y las cosas que más nos gusta hacer en orden de mayor a menor; y en la de la derecha pondremos esas mismas actividades, pero en este caso el orden será de mayor a menor reporte de salud de forma objetiva. Si en las tres primeras actividades de la escala de la derecha solo hay una que coincide con las de la izquierda, no estamos respetando nuestra salud todo lo debido y nuestra calidad de vida tenderá a empeorar.

Debemos analizarlo profundamente y ser conscientes de la importancia y ponernos manos a la obra ya, para que la práctica de actividad física esté en lo más alto de nuestra escala de prioridades.