La obra del tren tranvía a su paso por San Fernando, cumple estos días su cuarto aniversario, desde que el 1 de septiembre de 2008 comenzara el vallado del primer tramo de obras. Era el comienzo de un proyecto que ya debía estar en marcha y que aseguraba para 2010 la culminación de una obra, que no obstante sigue adelante, ya que no está terminada la conexión con el nuevo viaducto paralelo al puente Zuazo y tampoco la conexión con el salto del carnero de la Ardila.

La crisis ha tirado por tierra todas las promesas políticas, así como las condiciones de los comerciantes isleños. Por un lado, no se han arreglado las transversales como se establecía en proyecto, tampoco se ha colocado la recogida neumática de basuras, se ha dilatado el plazo de obra, ha habido problemas de olores, y sobre todo, continúan las vallas por la principal vía y las reparaciones de una solería de granito que se rompe o se levanta.

Mientras los trenes tranvía sufren el proceso de homologación, pendiente todavía de finalización, ahora se descubre que hace falta ubicar un nuevo centro de transformación por la necesidad de una mayor potencia eléctrica del tren tranvía. Los soportes de los cables o hilo de contacto ya se han colocado y esto tampoco gusta a los isleños, sobre todo teniendo en cuenta que en Sevilla el tranvía discurre por el centro sin cables y funciona con acumuladores.

Está previsto que la nueva consejera de Fomento de la Junta de Andalucía (IU), Elena Cortés Jiménez, visite la próxima semana San Fernando para conocer la realidad de la obra, que en las últimas semanas ha contado con el asfaltado de los accesos a la ciudad por la zona del castillo de San Romualdo.

Sea como fuere, la obra de semipeatonalización de la calle Real, que fue disputa política durante la campaña electoral de 2007, constituye hoy día una división en dos de la ciudad de San Fernando, con dificultades para el acceso al centro de la ciudad, sobre todo a los hoteles, además de la pérdida de una importante plaza de aparcamientos. Precisamente, ésta era una de las condiciones que puso entonces la Asociación de Comerciantes de San Fernando (Acosafe) que condicionaba su aprobación del proyecto a la construcción de aparcamientos subterráneos y en todo este tiempo no sólo no se ha iniciado la construcción de alguno, sino que el único existente bajo el Mercado Central, ha tenido que reducir su horario de apertura al público y disminuir su plantilla, tras la bajada de ocupación, provocada precisamente por el aislamiento que ha supuesto la calle semipeatonalización de la calle Real, dentro de sus efectos colaterales.

La situación constituye ya un suplicio para los isleños, pues tras cuatro años las vallas siguen ocupando la principal arteria.