Los escolares reinventan el Zaporito
Las industrias naval y molinera han marcado la visita cultural de los alumnos del CEIP Atlántida de Chiclana de la Frontera.
¿Saben cuántas palas tenía un rodezno? ¿o dónde estaba la fachada principal de la finca de Juan Domingo Saporito? Estos conocimientos no son ya exclusivos de los académicos, ni siquiera de los adultos, porque desde hace un año son los escolares quienes protagonizan los talleres impartidos por Ciencia Divertida dentro de su iniciativa 'Planeta Isla' para concienciar sobre la importancia de las energías renovables, principios científicos o la industria naval, además de la propia historia y valores que hicieron de la actividad molinera un sector imprescindible en la Bahía entre los siglos XVII y XIX.
Hoy ha sido el CEIP Atlántida de Chiclana el que ha apostado por la oferta isleña dentro de su programa escolar. Divididos en varios grupos, se han turnado los alumnos para desarrollar actividades no solo dentro del molino, sino aprovechando toda la plaza Manuel de la Puente. Allí se ha instalado un escenario efímero e incluso un barco hinchable como complemento de ocio a uno de los talleres, 'Isla Naval'. Impartido por la profesional Merche Márquez, se trata de que los alumnos entiendan la importancia que esta industria tuvo desde antiguo para toda la zona de la Bahía, el tipo de embarcaciones se construían o la carpintería Martínez como paradigma de astillero civil en San Fernando a lo largo del siglo XX. Pero no solo a través de la teoría. Los alumnos han podido construir su propio candray junto a La Ceterilla bajo las indicaciones de la monitora, caracterizada como uno de los dueños que a lo largo de su historia tuvo El Zaporito: el italiano José Micón. La proa, la popa, la vela... todos los elementos recreados fueron reorganizados por los pequeños antes de pasar al siguiente taller: 'Isla Sostenible'.
El mismo pretende, como se desprende del nombre, concienciar a los niños de que "no consuman más de lo necesario" porque "satisfacer las necesidades de la sociedad actual no implica comprometer las de quienes vengan en el futuro", explicaba Adrián Macías antes de pasar a la parte práctica. De igual modo hizo su compañera, Pilar Escuín, pero centrándose ahora en lo estrictamente científico, con una explicación adaptada de los principios de Arquímedes y Pascal, frente a unos recipientes llenos de agua con los que pudo demostrar la relación entre el tamaño y el peso de los cuerpos que a su vez iba introduciendo un voluntario caracterizado como el propio Arquímedes.
Aunque el taller que esperaban con ansias era el efectuado en el interior del molino -con permiso del barco hinchable-, donde el propio Juan Domingo Saporito (Ana Padilla) lleva a cabo una introducción histórica sobre La Isla, las salinas y esteros que la rodean, los diferentes personajes que ostentaron la propiedad de la zona con sus sucesivas aportaciones -el caño, el embarcadero, el molino de mareas, etc.- y, por supuesto, los entresijos del mecanismo para la molienda. Dónde surgen estas estructuras, a quiénes pertenecieron o cómo aprovechaban la fuerza motriz del agua son algunas de las preguntas que la monitora iba haciendo basándose en las investigaciones de María Elena Martínez y Julio Molina, que a su vez están plasmadas en las pantallas táctiles a las que los escolares deben recurrir para acertar con sus respuestas.
Desde la gerencia de Ciencia Divertida se manifiestan orgullosos por la dinamización que esta iniciativa aporta al Zaporito, una zona que a mediados de siglos cayó en depresión hasta convertirse en vertedero perdiendo todo el esplendor del que gozó durante siglos, pero que desde la rehabilitación del molino y urbanización de la plaza, ha visto como su oferta hostelera, cultural y, en este caso, educativa, dan pie a un definitivo renacimiento.
Más información en la página web de 'Planeta Isla Museum' accesible desde su portal de Facebook.