Publicada la tesis sobre las sociedades neolíticas del arqueólogo isleño Eduardo Vijande
La edición se centra en los estudios sobre la cueva de Benzú (Ceuta) y su relación con otros yacimientos de la región histórica del Estrecho de Gibraltar.
"El Neolítico es uno de los momentos más apasionantes de historia de la humanidad, solo comparable a la revolución industrial por cuantos cambios sociales y económicos implicó". Con tales palabras de Gordon Childe define Eduardo Vijande, Doctor en Prehistoria, la razón por la que se especializó en esta etapa. Una decisión que se consolidaría con la realización de su tesis, Sociedades Neolíticas en la cueva de Benzú, publicada por el Instituto de Estudios Ceutíes.
"Desde el equipo de investigación siempre defendimos las relaciones entre ambas orillas del Estrecho de Gibraltar durante el período neolítico", explica. Sin embargo, al contrario de lo que ocurre en el sur peninsular -donde los datos son más numerosos-, la Prehistoria en el norte de Marruecos ha seguido otro ritmo aunque, en los últimos años, el número de proyectos de investigación ha aumentado. El yacimiento de El Abrigo y Cueva de Benzú, en cuyas campañas de excavación tuvo la oportunidad de participar Vijande desde sus inicios durante la recta final de carrera, le permitió un acercamiento a los yacimientos neolíticos de la orilla sur del Estrecho de Gibraltar. La orilla norte -litoral atlántico gaditano- le era más conocida al haber participado excavando y estudiando materiales en yacimientos como El Retamar en Puerto Real, La Esparragosa en Chiclana de la Frontera, o parte de El Estanquillo, en San Fernando, pero "este descubrimiento me dio la oportunidad de conocer, in situ, sus homónimos de la otra orilla".
Dicha cavidad -objeto de gran parte de sus investigaciones- concentra un registro arqueológico propio de los primeros momentos del Neolítico en una superficie de no más de 20 metros cuadrados. Al tratarse de un yacimiento excavado más allá de las prospecciones, se ha recabado la suficiente información para datar de forma absoluta la cueva, reconstruir el paisaje u obtener información acerca de los recursos marinos. La gran cantidad de material lítico y cerámico hallado en su interior permitió acometer un estudio microespacial, "se nos brindó la oportunidad de identificar cada uno de los elementos y, en consecuencia, el uso que recibieron en su momento los distintos espacios de la cavidad, tales como áreas de consumo, de enterramiento, etc.". Dicho estudio permitió constatar el desarrollo de tres actividades diacrónicas en el interior de la cueva durante el Neolítico antiguo -hace 7000 años-. "Por un lado, hemos documentado una funcionalidad funeraria, algo que evidencia la significativa presencia de restos humanos y elementos de adorno como cuentas de collar. La documentación casi exclusiva de huesos de muy reducido tamaño -falanges y dientes- hacen pensar en su uso como enterramiento primario", concreta.
Asimismo, la cueva sería ocupada de forma ocasional por comunidades neolíticas como un modo de vida orientado a la actividad pastoril. "Las reducidas dimensiones de la misma impiden su uso como redil, pero bien pudo funcionar para dar cobijo temporal a pastores". Por último, "la presencia de coprolitos -excrementos fosilizados- de hiena en el fondo de la cavidad ponen de relieve que sirvió de cubil en determinados momentos, lo que viene a confirmar el carácter ocasional de la ocupación humana", concluye.
Dichos resultados se contextualizaron con el resto de yacimientos neolíticos conocidos en ambas orillas del Estrecho de Gibraltar. La tesis presentaba, además, un estudio preliminar del yacimiento neolítico 'Campo de Hockey' que se ha omitido en esta publicación. Según Vijande ambos yacimientos -Cueva de Benzú y Campo de Hockey- poseen entidad para una monografía independiente, sin embargo "la falta de analíticas y constante actualización del caso isleño hace necesario ser prudentes".
Pese a ello, se hace una breve referencia a 'Campo de Hockey' en el capítulo dedicado a las conclusiones.
Magnífica labor, Alejandro. Un gran abrazo